| A falta de dos días para su clausura, la cúpula directiva del festival de Cannes debe de estar conteniendo la respiración: tras atravesar aguas turbulentas, el certamen más importante del mundo del cine puede acabar con buen pie. No haty cifras concretas de positivos en los aproximadamente 5.000 test diarios que se realizan en el festival, pero los directivos del festival, en distintas entrevistas, han aportado algunos datos: ha habido de seis, el viernes pasado no hubo ninguno, y la media es de tres positivos por jornada. Y los creadores y estrellas se han visto poco afectados. Tanto la actriz Léa Seydoux, que tenía cuatro películas en distintas secciones, como la directora española Clara Roquet, que presentaba en la Semana de la Crítica Libertad, dieron positivo en sus ciudades de origen, París y Barcelona, respectivamente. Seydoux —que ya estaba vacunada y es asintomática— finalmente canceló su viaje a la Costa Azul, Roquet no llegó a su estreno de gala, pero sí días después, y ha podido disfrutar en parte de la experiencia de vivir su (esperemos) primer Cannes. Más complicada fue la situación provocada por el positivo de la novia del israelí Nadav Lapid, director presente en la sección oficial. Lapid asistió a la rueda de prensa sin mascarilla, y aunque él ha dado negativo (no sabemos si en un test de antígenos o una PCR), se recluyó en la habitación y siguió su promoción por Zoom. Eso sí, el festival, tras un toque de atención realizado, según medios locales, por el alcalde de Cannes, apretó a los asistentes: se añadió un mensaje de voz al inicio de las sesiones para recordar la obligatoriedad de usar mascarillas, se empezó a requerir en la puerta del Palais el certificado europeo de vacunación, en las ruedas de prensa los cineastas ahora por fin se sientan con mascarilla, que solo se bajan para responder a las preguntas. Y los moderadores insisten en el mismo comportamiento a la prensa, después de las primeras jornadas en las que hubo discusiones entre reporteros que sí la llevaban y otros que las portaban en la barbilla. Pero en ningún momento ha habido rastreo de los positivos, y no hay desinfección ni en los cines, ni en las salas de prensa, ni se cumple —ni se requiere— ninguna distancia de seguridad entre periodistas ni entre espectadores. Y probablemente, el peor escenario está fuera de las instalaciones del Palais, donde sigue sin mantenerse la distancia de seguridad en las tumultuosas colas ni en los restaurantes, que mantienen su nula separación entre mesa y mesa: el cambio de fecha del certamen ha hecho que coincida con la temporada veraniega, y ningún local de ocio quiere renunciar a esos ingresos. Así que por muchos perros detectores de covid (hay dos, pertenecientes al cuerpo de bomberos de Marsella) que paseen por el Palais, el posible peligro de contagio se mantiene. El lunes, el presidente Macron anunció un endurecimiento de las medidas sanitarias, como la exigencia del pasaporte de vacunación para entrar en bares, discotecas o restaurantes, para viajes en tren y avión, o para asistir a actos o eventos de más de 50 personas; esto es, cines y teatros. La orden entrará el vigor el miércoles 21 de julio, cuatro días después de la clausura del festival, que solo habría tenido que cambiar su política de acceso a las salas exteriores. También hay cine, desde luego. La media de la sección Oficial es bastante buena. Mis gustos son muy eclécticos, y digamos que no coincido con Carlos en algunas de sus crónicas, pero tampoco con el sector más pétreo y duro, que en este certamen logra un prominente altavoz. También es cierto que cada día se ensalza hasta el paroxismo o se destroza una película en los hypes de la Croisette: el tiempo y la distancia todo lo relativizan. De la Oficial, si hubiera que jugársela (y me quedan por ver las dos últimas, Nitram y Les Intranquilles, que prometen buenas cosas), y entendiendo que la voz cantante la va a llevar Spike Lee, diría que Lingui, de Mahamat-Saleh Haroun no se irá sin premio, y que una Palma de Oro para Drive My Car, de Hamaguchi Ryusuke, podría darse. Sin olvidar, Memoria, de Apichatpong Weerasethakul, Ghahreman, de Asghar Farhadi, o Les Olympiades, de Jacques Audiard. Dar una Palma a Annette o a Benedetta me parece demasiado loco, aunque... Más allá de las mencionadas, yo conecté con Verdens Verste Menneske, del noruego Joachim Trier, vi asombrado cómo Sean Penn volvía a liarla (para muy mal) como director con Flag Day, y si Sean Baker me confirma la teoría de que en el fondo Red Rocket es una metáfora con actor porno vendemotos en Texas de la campaña electoral que llevó a la Casa Blanca a Donald Trump, me apunto a su propuesta. Fuera de concurso, o en otras secciones, hay más maravillas, aunque con los horarios que manejo se me han hecho imposibles de ver. Puede asistir a Dónde estás Ana Frank, de Ari Folman, o a Ouistreham, de Emmanuel Carrère, pero no a Belle, de Mamoru Hosoda; Cow, de Andrea Arnold, o a The Souvenir II, de Joanna Hogg.... y otras tantas. Para acabar con esta entrega del festival de Cannes, el certamen sigue sin programar cine español. Han pasado ya 60 años desde que Viridiana, de Luis Buñuel, ganara la Palma de Oro (compartida con la francesa Una larga ausencia) del festival de Cannes. Es el único largometraje en español que ha logrado el galardón, y lo hizo con bandera mexicana: la mayor parte de la financiación la puso el productor Gustavo Alatriste, marido de la protagonista, Silvia Pinal; una pequeña parte procedió de Laponia Films, una empresa montada por Elías Querejeta con excompañeros de sus tiempos como futbolista en la Real Sociedad, y otra la desembolsó Pere Portabella. Desde entonces, el cine español solo alcanzó en 2016 una relevancia parecida con la Palma de Oro a mejor cortometraje para Juanjo Giménez por Timecode.Y en esta edición no habrá cambios: en la sección oficial no hay ni una película en español (en el jurado solo hay un latino, el cineasta brasileño Kleber Mendonça Filho), tampoco en Cannes Première, y hay que mirar otros apartados del certamen para encontrar cine en español. Puede que tengamos que voltear la pregunta: más allá de sentirnos agraviados, ¿qué está haciendo mal el cine español para no estar aquí? Hace años ya hice esta pregunta, y Jaime Rosales, habitual de La Croisette, me respondió: "Las cinematografías despuntan por épocas. Ahora triunfan los mexicanos, como antes los argentinos y previamente los iraníes. La dificultad de Cannes es que se entra por radicalidad, por exótico o por importante (el cine de Hollywood, el chino y el francés). Así que a España solo nos queda la primera vía, la radical, la que han usado los rumanos". Que es como llegaron aquí Isaki Lacuesta o Albert Serra. Y si se observa desde esa perspectiva la sección oficial, mucho me temo que los equivocados somos los españoles, no los seleccionadores del certamen francés. Antonio Banderas, en 'Indiana Jones 5' No se sabe mucho más allá de la noticia. Antonio Banderas va a participar en Indiana Jones 5. El rodaje empezó en junio en Londres, dirigido por James Mangold, y junto a Banderas y, obviamente Harrison Ford, en el reparto están Phoebe Waller-Bridge, Mads Mikkelsen, Boyd Holbrook, Shaunette Renée Wilson y Thomas Kretschmann. Tendrá música de John Williams, Steven Spielberg esta vez es productor, y se estrenará el 29 de julio de 2022. 'Ama', contra la imposición de una visión de la maternidad Mi compañera Clara Vila ha estado esta semana con la drectora Júlia de Paz y la actriz Tamara Casellas, realizadora y protagonista de Ama, el estreno español de la semana, un drama sobre las vivencias de una madre soltera. Para De Paz su protagonista "no es una mala madre". "Esa definición está relacionada con la imposición de una maternidad construida por parte de un sistema que busca que seamos las cuidadoras, que perdamos toda la identidad y nuestro espacio personal. Provoca que vivamos en una continua frustración, incluso si decidimos no ser madres. Para mí, es un concepto que viene de este sistema patriarcal y capitalista", critica la debutante, que con 26 años plasma el "sentimiento de culpa" que aprieta a esas mujeres. "Ella tampoco tiene un referente. No sabe cómo actuar hasta que es consciente de que se ha sentido abandonada. Al final de da cuenta de que la única que no la ha dejado es su hija", señala Casellas. La soledad rodea a esa madre mientras vive y trabaja en Benidorm, un lugar que vende una falsa diversión y oculta unas precarias condiciones laborales. "Es un sitio hostil. En el trabajo que ella tiene [vende entradas de discoteca] va intrínseca una crítica al turismo: ¿A qué profesión se puede optar en una situación así?". Es una reflexión interesante, y muy necesaria. Estrenos de la semana Además de la ya mencionada Ama, me detengo en otras dos peliculas de la semana: SUMMER OF SOUL. Questlove Elsa Fernández-Santos explica: "La primera vez que el músico Ahmir Thompson, famoso batería de The Roots conocido como Questlove, se topó con las imágenes del Festival Cultural de Harlem fue en un bar de soul en Tokio. Era un instante de la actuación de Sly and the Family Stone y Thompson se quedó sorprendido al no reconocer el escenario. Pensó que se trataba de un festival en Europa y siguió con lo suyo. Veinte años después, los productores de Summer of Soul se pusieron en contacto con él para hablarle del "Woodstock negro", como empezó a llamarse al festival ocurrido durante seis semanas del verano de 1969 en el parque de Mount Morris, hoy Marcus Garvey Park, a dos horas del lugar donde ese mismo verano se celebró el macroconcierto que marcó la era de Acuario". LA MUJER QUE ESCAPÓ. Hong Sangsoo También Elsa apunta: "Narra los encuentros de su protagonista (otra vez la gran Kim Min-hee) durante los primeros días que pasa sola después de cinco años de matrimonio. Tres ráfagas de una vida que, en manos del cineasta Hong Sansoo, nombre fundamental del cine contemporáneo, desembocan en una sencillez emocionante, compleja y perfecta. A su manera esquemática y misteriosa, tan oral como espacial, a través de largos diálogos en apariencia triviales y mínimas situaciones, irá calando la soledad, o la momentánea libertad y felicidad, de la protagonista. Una mujer que poco a poco se va despojando de capas: sabemos que lo primero que hizo sola sin su marido fue cortarse ella misma el pelo para luego reencontrarse con las amigas que, como tantas cosas, quedaron aparcadas". Hasta el próximo viernes, un abrazo. Para cualquier consulta, en Twitter soy @gbelinchon Como recibes este boletín, creemos que también te puede gustar la newsletter de Televisión de EL PAÍS. Cada jueves, la actualidad, las novedades y las recomendaciones de series de Natalia Marcos. Puedes apuntarte aquí para recibirla en tu correo. |