Una alerta antes de nada. La expresa el historiador e investigador marfileño Dagauh Komenan, consultado por nuestro reportero en Dakar, José Naranjo. Komenan advierte de lo siguiente: "Nadie imaginaba que las protestas iniciales en Túnez conducirían a la Primavera Árabe. Pues esta crisis es aún mayor porque es global y no se percibe ninguna capacidad de reacción en África, ya sea por falta de voluntad o por escasas posibilidades para hacerlo". Pues eso. Esa crisis de la que habla Komenan es la que se va extendiendo por el mundo como un manto, tejido en el Kremlin y sacudido en Ucrania. Desabastecimiento de productos básicos, alimentos entre ellos, subida de precios general, encarecimiento de los combustibles... El efecto mariposa de la invasión ejecutada por Vladímir Putin sigue su camino. Admito que de esto ya hemos hablado en alguna ocasión en este boletín, de lo que podría pasar una vez avanzara la guerra en Europa. Era un condicional. Bueno, pues ya está pasando. Vamos a ello. La Primavera Árabe. Hablaba el investigador marfileño de la Primavera Árabe, un fenómeno revolucionario tremendamente contagioso que desbancó a dictadores eternos en el mundo árabe allá por 2011 –con resultados poco afortunados a la larga–. Y es ese posible contagio el que preocupa, especialmente cuando al cóctel de ruina económica se le suma el desgobierno. Por eso dice José Naranjo que "todos miran de reojo a las revueltas de Sri Lanka". Antes de pasar a Sri Lanka, no se olviden de consultar este fin de semana el suplemento Negocios, en el que José profundizará en la tormenta perfecta que se arremolina en torno a África. Sri Lanka. Nuestra compañera en Pekín Inma Bonet nos resumía este martes los motivos de la profunda crisis que vive Sri Lanka, la lágrima de la India, a la que el agua le llega ya por encima del cuello: "Su economía, enormemente dependiente del turismo y las remesas, se vio profundamente afectada por el impacto de la covid-19, mientras que el desplome de la moneda local encareció el precio de las importaciones de combustible, medicamentos y alimentos, bienes básicos que resultan prácticamente imposibles de obtener. La inflación rozó el 55% en junio, y el Banco Central advirtió que podría alcanzar el 70% en los próximos meses". Aprovecho que Inma cita la covid para aclarar que todos los males del actual huracán económico no están al este de los Cárpatos sino que vienen arrastrados de dos años de pandemia que, como bien recordamos, ocasionó una fuerte contracción y un enorme problema de atasco global. Pero Sri Lanka es un ejemplo a tener en consideración, un país vulnerable tras años de desgobierno de la familia Rajapaksa, los héroes de la guerra que enfrentó a Colombo contra las milicias tamiles, y en torno al que se da cita la peor versión de los ingredientes que explican la actual crisis. Hemos enviado al país asiático al compañero Jesús García para que nos lo cuente de primera mano. Las cuentas de Ucrania. La crisis en Sri Lanka no tendría el mismo sentido sin la ofensiva rusa en Ucrania. El eco de los destrozos ocasionados es grande, pero las bombas han machacado en primerísimo lugar las finanzas del país invadido. En el terreno ha estado estos días nuestro compañero Luis Doncel, que viajó a Odesa, frente al mar Negro, para ver el día a día de una crisis galopante, esa otra gran víctima de las hostilidades. Nos lo contó este fin de semana a partir de la siguiente escena, muy bien traída: "Sábado noche en una céntrica plaza de Odesa. Las alarmas antiaéreas atruenan, pero nadie parece prestarles demasiada atención. Dos jóvenes amigos charlan en una terraza rellenando sus tazas de té con cerveza que sacan de vez en cuando de una botella escondida: pese a la prohibición de servir alcohol pasadas las ocho de la tarde, siempre hay formas para saltarse las normas". Lean el resto del artículo, merece la pena. Sobrevuelo hoy por encima de Ucrania, pero no dejaré pasar la oportunidad de recomendarles la entrevista al ministro de Exteriores del país, Dmitro Kuleba, publicada este miércoles por nuestro enviado a Kiev Cristian Segura. Hay pocas informaciones en las que trabajamos estos días que no tengan un trasfondo similar. Nos cuenta este jueves nuestro corresponsal en Buenos Aires Federico Rivas Molina que el campo argentino se ha levantado contra el Gobierno de Alberto Fernández. Piden una bajada de impuestos, además de acceso a divisas para comprar fertilizantes, neumáticos o repuestos para maquinaria. Y mientras los productores argentinos paran durante 24 horas, el Gobierno italiano se asoma al precipicio. El motivo: los diputados del Movimiento 5 Estrellas (M5S, en sus siglas en italiano), con Giuseppe Conte a la cabeza, no están del todo contentos con el paquete de ayudas para afrontar la crisis que vota este jueves el Senado. Así que el M5S se ausentarán a la votación en contra de lo deseado por el primer ministro Mario Draghi, que amenaza con hacerse a un lado. Nuestro corresponsal en Roma, Daniel Verdú, estará atento a lo que pasé. El nuevo líder 'tory'. Como lo está Rafa de Miguel desde Londres a las votaciones en el seno del Partido Conservador para relevar a Boris Johnson. Las cribas van cumpliendo plazos y pronto habrá nuevo líder tory y, por tanto, sucesor al frente del Gobierno. Pero vayamos un poquito hacia atrás para entender qué ha pasado con Johnson, lo que en el periódico llamamos este domingo la "dimisión en tres actos: desafío, resginación y adiós". Y acabo saliéndome de esta suerte de monográfico de la crisis económica y política mundial para llevarles hasta La Tebaida (Colombia), hasta donde se trasladó la pasada semana el reportero Juan Diego Quesada para charlar con el exjefe de las FARC Rodrigo Londoño, alias Timochenko. Dice así: "El exguerrillero, de 63 años, camina renqueante por las calles de su pueblo por un problema de calcio en los huesos. En la selva sufrió paludismo y dengue, las enfermedades clásicas de los combatientes. Pero ha sido al regreso a su vida de civil cuando ha aflorado una salud quebradiza..." La semana que viene, un nuevo correo en su buzón. Gracias por leernos. Si le han reenviado este correo, puede apuntarse aquí para recibir la newsletter de Internacional. Puede seguir a EL PAÍS INTERNACIONAL en Facebook y Twitter. |