| "Alto Secreto: estatus del conflicto a 1 de marzo". Ese era el título de uno del centenar de documentos secretos de la inteligencia militar estadounidense, muchos sobre la guerra de Ucrania, que han aparecido en redes sociales y que incluyen mapas bélicos, calendarios de entrega de armas y gráficos que indican dónde se concentran las tropas de Kiev, de qué tipo de armamento disponen y de cuáles apenas les quedan reservas. Ningún medio de comunicación internacional había publicado esos papeles hasta que The New York Times los divulgó la semana pasada, no sin alertar de que las copias parecen "haber sido alteradas en algunos fragmentos con respecto al formato original". Otros diarios estadounidenses aseguran que esos papeles circulaban desde enero en la plataforma Discord, donde los usuarios hablan en grupos privados para los que se precisa una invitación, y después en Telegram y Twitter. Esta filtración ha forzado a un cambio en los planes militares de Kiev, nos explicaban este lunes Cristian Segura, enviado especial de EL PAÍS en Ucrania, y María Antonia Sánchez-Vallejo, corresponsal en Nueva York. La difusión de estos documentos secretos ha complicado también la política exterior de Washington con China, Corea del Sur y varios países de Oriente Próximo, a los que también aludían algunos de los papeles. Nuestra corresponsal en Nueva York nos recuerda en su crónica datos curiosos. El primero es que uno de los primeros foros de Internet donde aparecieron los documentos fueron plataformas de videojuegos, especialmente el Minecraft. Otro, que el material difundido son fotos de papeles, hojas arrugadas colocadas encima de revistas y rodeadas de tubos de pegamento, clips y hasta cortaúñas: La lejana paz en Ucrania. Que la guerra en Ucrania va para largo es una evidencia que nada desmiente por ahora. El martes, el Parlamento ruso aprobó por sorpresa una reforma legal para evitar que los rusos huyan para esquivar la llamada a filas, algo que han estado haciendo incluso en bicicleta, nos contó en septiembre Francisco Peregil en este reportaje. Esta semana, Cristian Segura reveló, en una información propia de EL PAÍS, cómo Rusia retrasó la navegación de un barco cargado con grano ucranio con destino a España. Mientras, la población ucrania sigue afrontando experiencias "aterradoras" que nos relata otro de nuestros enviados especiales en Ucrania, Luis de Vega. Una de ellas, protagonizada por la alcaldesa de un pueblo fronterizo con Rusia, que rechazó huir del invasor y acabó acusada de traición. Irlanda del Norte: paz y amnesia. Pagar la paz con el precio de la impunidad es más fácil para quien no llora a ningún muerto. Para quienes limpian los nombres de seres queridos en tumbas abiertas por la violencia, la justicia que tarda en llegar agrava el pronóstico de su dolor. Han pasado 25 años desde el Acuerdo del Viernes Santo, que puso fin a tres décadas de enfrentamiento entre unionistas y republicanos en Irlanda del Norte. Gracias a ese pacto, los jóvenes de Armagh no tienen recuerdos de las bombas, constataba desde esa localidad norirlandesa este sábado nuestro enviado especial Rafa de Miguel. Han vivido en una tierra en paz, pero sin reconciliación. Ese perdón mutuo está ahora un poco más lejos por el intento del Gobierno conservador que lideró Boris Johnson de imponer una ley de amnistía que ha indignado "a los familiares de víctimas republicanas y protestantes". Para quienes aún lloran a sus muertos, el olvido sin justicia es exigir demasiado. Este miércoles, el presidente de EE UU, Joe Biden, rindió tributo en Belfast al Acuerdo de Viernes Santo, en una visita algo deslucida que solo tuvo un acto público. Muros en la nieve. "La pista que conduce a través de la infinita taiga al cruce fronterizo de Raja-Jooseppi [en Finlandia] es un manto blanco por el que hoy, en plena tensión con Moscú, circulan casi exclusivamente vehículos de las fuerzas de seguridad". A esos 46 kilómetros de carretera remota –por los que nuestro enviado especial en Finlandia, Carlos Torralba, ha transitado–, pronto volverán las grúas "para comenzar a construir una valla en la que constituye la nueva frontera entre la OTAN y Rusia tras formalizarse esta semana la adhesión de Finlandia a la Alianza Atlántica. Justo lo contrario de lo que se pretendió al idear esta infraestructura". Allí donde "osos, lobos y glotones imponen su ley y las heladas se prolongan de octubre a mayo" se alzará un nuevo muro. Esa muralla en ciernes es hija de la desconfianza. …pero no en el mar. El Gobierno ultraderechista que preside la líder de Hermanos de Italia, Giorgia Meloni, celebró el martes un Consejo de Ministros en el que se declaró el estado de emergencia. Y esta vez no es por la pandemia, ni por un terremoto o una inundación. El motivo es la cuestión migratoria y el objetivo, dar carta blanca al Ejecutivo para tomar medidas extraordinarias para agilizar la identificación y la expulsión de inmigrantes, personas a las que la retórica de la ultraderecha querría detrás de otro muro, de esos que la xenofobia imagina hasta en el Mediterráneo por el que llegan a Italia los migrantes. La pregunta que Daniel Verdú, corresponsal en Italia, trata de responder en este artículo es "¿Vive de verdad Italia una emergencia migratoria? . Pietro Bartolo, eurodiputado italiano y durante años el único médico con plaza fija en la isla de Lampedusa, no lo cree: "Hablamos de algunos miles de personas, no seamos ridículos", afirma. En esta otra entrevista publicada este jueves, otra política ultraderechista como Meloni, la francesa Marine le Pen, "se reafirma en los principios de siempre de su movimiento: nacionalismo y rechazo de la inmigración", nos cuenta desde Francia Marc Bassets. En las buenas entrevistas, un detalle aparentemente fútil puede ser revelador. En la de Marc, se aporta uno: los diputados del partido de Le Pen siempre llevan corbata, como si quisieran conjurar la imagen de radical que desde sus inicios ha acompañado al Reagrupamiento Nacional (RN), heredero del partido de extrema derecha que hace medio siglo fundó el padre de la entrevistada, Jean-Marie Le Pen. Muchas gracias de nuevo por seguir este boletín. El jueves que viene, un nuevo correo. Si le han reenviado este correo, puede apuntarse aquí para recibir la newsletter de Internacional. |
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