La literatura y el cine ofrecen numerosos ejemplos de niñas y mujeres que se disfrazan de varones para acceder a un mundo que a ellas les está vetado que es, en muchas de esas historias, el de la educación. La mayoría son ficciones datadas en tiempos pasados, pero ocurre hoy. Sí, hoy. En la vida real y el siglo XXI. Las jóvenes afganas tienen prohibido estudiar desde que los talibanes retomaron el poder en 2021. Shabana Basij Rasikh había fundado una escuela en Kabul y tuvo que trasladarla a Ruanda para poder continuar impartiendo clase a sus alumnas, a quienes ayudó a escapar. Ella conoce muy bien el valor de la formación porque, cuando era pequeña, sufrió esa misma infamia de los mismos villanos. Y se cortó el pelo y se disfrazó de niño y siguió estudiando. Fue un riesgo y lo vuelve ser hoy para las que quedan bajo el yugo talibán. Patricia R. Blanco ha hablado con ella a su paso por Madrid.
Me van a disculpar que siga con el hilo cinematográfico, pero el informe de Human Right Watch sobre el que ha escrito esta semana Beatriz Lecumberri parece el guion de una película de Hollywood. Estadounidenses malos que se pasan de la raya torturando en Irak y estadounidenses buenos que luego imparten justicia con sus víctimas. Lo primero pasó de verdad. Lo segundo, sin embargo, es de momento pura fantasía. "Veinte años después de la invasión militar de Irak, todo indica que el Gobierno de Estados Unidos no ha indemnizado a las personas que sufrieron torturas y otros abusos durante su detención en la prisión de Abu Ghraib y otras cárceles dirigidas por el ejército norteamericano".
Pero Shabana Basij Rasikh y Human Right Watch no dan sus batallas por la justicia por perdidas. A veces, se ganan. También sobre estas victorias publicamos. Por ejemplo, pueden leer estas noticias.
Esto es lo más destacado, aunque he incluido además en esta selección un reportaje, una entrevista y una crónica. Sobre materias primas, tuberculosis y trabajo infantil. No dejen de leerlas si disponen de tiempo de seguir abriendo esta ventana al mundo.
Ya saben que, desde Planeta Futuro, tratamos de mostrarles la realidad de eso que llamamos "Sur Global" tal y como es. Para ello, cada día, hacemos el ejercicio de seguir descolonizando nuestras mentes, también incorporando firmas de los países de los que tratamos, especialmente los africanos. La respuesta para no equivocarnos es siempre hacer periodismo como solo se puede hacer: con rigor. Por eso, hemos participado en el IV encuentro #PeriodismoÁfrica: Desafiando las narrativas sobre África y Europa, organizado por el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación y Casa África.
Tobi A. Oluwatola, director ejecutivo del Centro para el desarrollo y la Innovación del periodismo (CJID), de Nigeria, y Ana Carbajosa, directora de Planeta Futuro, han dialogado sobre las narrativas sobre África. Mientras que a mí me fue encomendado moderar una mesa sobre desinformación en la que me acompañaban: Gloria Pallarés, última ganadora del premio Saliou Traoré por su reportaje Así extrae China ilegalmente madera y minerales en el norte del Congo publicado en esta sección; Lee Mwiti, editor de Africa Check (Sudáfrica) —hemos publicado sobre ellos, aquí—, Rosebell Kagumire, editora de African Feminism (Uganda); Mia Malan, CEO de Bhekisisa (Sudáfrica) —medio del que republicamos informaciones sobre salud global traducidas al españolmedio y el periodista español José Naranjo, basado en Dakar (Senegal).
Muchas gracias. |