El tema del Día de la Mujer de este año es Inspirar inclusión, pero las experiencias de las protagonistas de nuestro 8-M demuestran que la verdadera inclusión exige cambios sociales, culturales e institucionales a la altura de los esfuerzos de las mujeres y de su valentía. La mayoría de las mujeres periodistas de África ganan menos de 500 dólares (unos 460 euros) al año. Aunque la profesión sigue siendo peligrosa para todos debido a las limitaciones a la libertad de prensa, las mujeres deben superar obstáculos adicionales impuestos por las normas socioculturales.
Por ejemplo, cuando dirigí un programa de formación para más de 60 mujeres de África Oriental, las participantes pidieron empezar más tarde, el fin de semana, porque tenían que hacer tareas de cocina y limpieza en casa. También me aseguro de que la formación esté disponible en formatos impresos, ya que las mujeres son las que menos pueden permitirse el acceso a internet en un continente que es el que más paga por los datos. En algunas entrevistas de trabajo de periodismo local se especifica que las mujeres deben pedir permiso a sus familias antes de presentarse, para evitar que no acepten si son seleccionadas.
En mi trabajo de investigación académica, las periodistas me cuentan que sus parejas son coaccionadas para que dejen de informar; en un caso se pidió a la reportera que acudiera a un hotel para una entrevista y luego se dijo a su marido que su mujer tenía una aventura. También se agrede más a las periodistas, sobre todo en internet. Yo he sufrido ataques durante un año, en los que se revelaron mis datos de contacto. En enero, unos tuits públicos afirmaban que la bala que asesinó a mi padre, también periodista, se utilizaría para matarme a mí, y ambos compartiríamos el mismo cementerio.
En el Día de la Mujer, veo cuatro ámbitos en los que puede acelerarse la inclusión en el periodismo: trabajar por una mayor igualdad de las mujeres como propietarias de medios de comunicación, como reporteras, como fuentes y como consumidoras de medios de comunicación.
Las historias de estos cuatro tipos de mujeres se han contado a menudo desde la óptica de la pobreza, el victimismo y el olvido. Por tanto, necesitamos sistemas de financiación descolonizados que alivien los entornos más duros a los que se enfrentan las mujeres cuando intentan emprender medios de comunicación. Necesitamos redacciones no patriarcales, capaces de incorporar a las mujeres como fuentes en los medios, de darnos prioridad como audiencia y de colocar —y mantener— a las mujeres en puestos de liderazgo. Por eso son necesarios los reportajes colaborativos y diversos de iniciativas como Planeta Futuro. Porque marcan la diferencia, línea a línea.
"No somos muchas". Angela Agoawike se esfuerza por contar las mujeres propietarias de emisoras de radio en Nigeria, la nación más poblada de África. Por un lado, el continente es célebre por albergar el mayor número de mujeres empresarias, pero esto no se extiende a la propiedad de los medios de comunicación. El primer equipo de medios de comunicación formado exclusivamente por mujeres (Bilan Media) nació hace sólo dos años, y solo un puñado de mujeres son propietarias de emisoras de radio en Nigeria. Dos de ellas me cuentan que el negocio de la radio no es para cualquiera. Kadaria Ahmed sobrevivió con cuatro horas de sueño el primer año, mientras que Angela esperó cinco años para obtener una licencia. Gastan cada mes 30 veces el salario mínimo mensual de Nigeria en electricidad, soportan los ataques de la audiencia... y, aún así, crean contenidos capaces de generar cambios, de obligar a los funcionarios a retirar la basura de las calles y a reparar carreteras descuidadas durante mucho tiempo. Las propietarias de emisoras de radio afirman: las mujeres necesitan visibilidad, habilidades de apoyo empresarial y financiación; por ese orden.
En toda África, hasta el 80% de la población (1.400 millones de personas) consume noticias a través de la radio. Las radios a pilas llevan el mundo a los oídos de los marginados, los pobres y los excluidos. Las antenas retorcidas atraviesan las ondas para liberar los corazones y las mentes. Pero aunque el alcance de la radio es innegable, la participación de las mujeres en ella está gravemente limitada por estereotipos culturales y restricciones institucionales.
En esta edición de Planeta Futuro escuchamos también a Aisha Subeir, videógrafa de tercera generación que trabaja en Somalia, uno de los países más peligrosos para informar. Subeir comenzó a filmar a los 15 años con un teléfono móvil y nos revela sus experiencias dentro de una profesión dominada por hombres, en la que destacó su padre, fallecido en un atentado. Desde Kenia, nos cuentan cómo las mujeres recurren a clínicas y farmacias clandestinas debido al limitado acceso a los anticonceptivos. Claret Adhiambo habla con las mujeres a las que los curanderos inyectan agua y venden píldoras prohibidas. Eva Trindade escribe sobre el estado de los derechos de la mujer en Mozambique, país con una de las tasas más altas de matrimonios prematuros del mundo. Aquí hay un rayo de esperanza, porque la Ley para Prevenir y Combatir las Uniones Prematuras viene acompañada de sanciones civiles y penales.
Todos estos temas estarán disponibles en la web de Planeta Futuro este viernes, en abierto. Mientras tanto, te invitamos a leer otro tema, el de una red femenina que presta apoyo en España a decenas de afganas que huyeron de Kabul tras el retorno de los talibanes. Y más historias.
Gracias por leer hasta aquí y no olvides que el Día de la Mujer es todos los días. |