Buenas tardes, Hace algunos días recibimos en la sección un mail de la FAO, la Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación, informando de que habían logrado enviar a Gaza 150 toneladas de forraje para las cabras, ovejas, gallinas y otros animales que siguen vivos. Espantada por las imágenes desoladoras que a diario nos llegan de la guerra en Gaza, lo primero que me pasó por la cabeza fue si no sería más lógico que la ONU concentrara todos sus esfuerzos en alimentar a los gazatíes, que comen poco y mal, sobre todo en el norte, donde la hambruna, más que una amenaza inminente, sería ya una realidad. Fue una de mis preguntas a AbdulHakim Elwaer, subdirector de la FAO y representante Oriente Medio y África del Norte, que insistió en que enviar forraje, concretamente cebada, va a ser clave para que los gazatíes puedan poco a poco tener alimentos de mejor calidad. Porque pasar hambre es no tener qué comer, pero también ingerir durante meses atún y alubias en lata, arroz y pasta (cuando se encuentran), hierbas salvajes cocidas e incluso pienso para animales convertido en harina. Esa es la realidad en la Franja, donde la inmensa mayoría de las personas lleva meses sin tomar una fruta, una verdura, un vaso de leche o un pedazo de carne y pescado frescos. ¿Os lo imagináis? La imagen debería avergonzarnos, dijo Elwaer. Sobre todo porque Gaza era prácticamente autosuficiente en estos bienes de primera necesidad. Reconozco que este tema me atrapó y sentí que era necesario publicarlo, pero admito que sentí una punzada de frustración al ver el reducido número de personas que leyó el reportaje el pasado domingo. Llevamos ya casi siete meses de guerra y Gaza provoca inevitablemente tedio y olvido. Nuestro desafío es seguir contando este desastre humanitario a distancia. En mi cabeza resuena aún la desoladora frase de Samir Zaqut, uno de los responsables de la ONG palestina Al Mezan, enviada esta semana en un mensaje de voz desde Deir El Balah, en el centro de la Franja, en el que me describía la miseria que le rodeaba: "Esto ya no es vida, es otra cosa". Y si Gaza se nos olvida, qué me decís de Afganistán. Si tenéis un minuto entrad en la web de El País y buscad noticias que lleven la palabra "Afganistán". Ahí está la respuesta. En Planeta Futuro estamos muy pendientes de la difícil situación de las mujeres y esta semana publicamos el testimonio de una activista que fue detenida dos veces por los talibanes y sometida a malos tratos. El artículo fue divulgado originalmente en inglés en un medio online llamado Rukhshana, creado por mujeres afganas, la mayoría en el exilio, pero en el que también escriben reporteras desde dentro del país. Y hoy sí termino con una nota positiva: Varias científicas africanas que luchan contra la lepra, una enfermedad tan olvidada como estigmatizada. Mi compañera Patricia R. Blanco se fue a Eindhoven para hablar con ellas y volvió con ganas de cambiar el mundo. Ahí lo dejo. Gracias por leernos y hasta el miércoles de la próxima semana. |