Notas sobre cultura, feminismo e intimidad ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏
| | | | | Notas sobre cultura, feminismo e intimidad | | | | | |
Qué temen las reinas del grito | NOELIA RAMÍREZ | | Desirée de Fez. / CECILIA DÍAZ BETZ | | | |
Cuenta Desirée de Fez en Reina del grito (Blackie Books, 2020) que de pequeña pasó tanto miedo cuando se quedó atascado en su casa el VHS de La Profecía del videoclub que se pasó tres días comiendo de pie en la cocina y cenando en su habitación. No podía pisar el cuarto en el que se había quedado clavada esa película terrorífica que ni siquiera se atrevió a ver. Daba demasiado miedo. Cuando leí aquello, lo entendí al instante. Todas, de alguna forma, hemos sentido esa parálisis.
Sentadas en los bancos del jardín del Palau Robert de Barcelona, al entrevistarla para S Moda en plena pospandemia cuando los bares seguían cerrados, recuerdo que le expliqué que la primera vez que en mi casa se vio Pesadilla en Elm Street yo sí fui capaz de quedarme en el sofá del comedor, pero no pude mirar directamente a la pantalla. La escuché entera, sentada entre mi hermana y mi padre, pero me pasé toda la película agazapada con un libro delante de mis ojos, un ejemplar de Fábulas de Esopo, de la colección Bruguera. Todavía puedo sentir la tensión de mis brazos en alto a la altura de mi rostro y las líneas desdibujadas de aquellas páginas mientras escuchaba, de fondo, a adolescentes gritando despavoridas frente a la presencia de Freddy. Francamente, fue horroroso.
| | | | | | |
| | Así es la nueva edición de bolsillo de 'Reina del Grito'. / BLACKIE BOOKS | | | |
Ya sea por redes o en persona, somos muchas las que, tras leer Reina del grito, hemos compartido con su autora nuestros terrores e inseguridades. Qué afortunadas somos, además, de que muchas se lo hayan transmitido en su imperdible podcast, Reinas del grito. Por allí han pasado autoras y creadoras como Carla Simón, Samantha Hudson, Elaine Vilar Madruga o Selva Amada, entre otras.
Ahora que se publica una preciosa edición de bolsillo de ese libro que tanto he regalado (mi hermana fue la primera), mandé unos audios a Desi para saber si podía incluir algunas de las intervenciones de las autoras que se incluyen en esta edición especial. Dijo que sí (otro golpe de suerte), así que aquí van, como ella misma cuenta en la pequeña introducción a esos textos, tres de los veinticuatro extractos en los que Desi habla sobre el miedo "con mujeres por las que siento una profunda admiración". Para conocer los miedos del resto, ya sabéis dónde encontrarlas.
Nos leemos en dos semanas. | | | | | | |
La casa invadida, por Sara Mesa | | En Un amor la protagonista alquila una casita y su casero, que es una persona muy invasiva, entra incluso cuando está ella dentro. Es un miedo que siempre se me ha manifestado a través de sueños, que alguien entrara en mi casa e invadiera mi espacio. Yéndome un poco por el psicoanálisis, diría que hay un miedo a la violación, porque ahí entran en tu intimidad. Además, en los sueños se supone que la casa eres tú.
Este asunto de los límites de la privacidad y la intimidad, de cómo una persona consigue entrar en tu vida hasta el punto de modificar tus conductas y de hacer que te tengas que ocultar o que tengas que fingir… Eso es un tema recurrente mío y es lo que realmente me da miedo: todo lo que conlleva una pérdida de libertad con las personas que te rodean (y que muchas veces, teóricamente, son quienes te quieren). | | | | | | |
| | Eider Rodríguez y Desirée de Fez durante la grabación de 'Reinas del Grito'. | | | |
La norma es el cuerpo enfermo, por Mariana Enríquez | | No tengo miedo a levantarme de noche o a echar a andar por una calle oscura, más bien todo lo contrario. Me dan bastante miedo las cuestiones relacionadas con el cuerpo: enfermarme, perder la memoria, tener un accidente… No solo a mí, sino a gente cercana. Existe la frontera de la casa (tan común en escritoras góticas) y la frontera del cuerpo. Siempre te dicen que es difícil escribir sobre sexo, pero para mí es más difícil escribir sobre la enfermedad. Si ves los libros sobre el tema, muchos son en primera persona, pero en la ficción aparece más bien poco la enfermedad. En muchos casos se asocia la deformidad física con la maldad, y a mí me interesa explorar todo eso. La coja es mala, el tuerto es malo… Incluso en El Rey León: Scar tiene una marca en el cuerpo que indica que es el malo, y el otro no tiene nada. Y esa es una carga moral totalmente estigmatizante. A mí algunas cosas de la hipercorrección me molestan, pero esa no, porque es realmente así. Me parece que se ha usado el cuerpo enfermo y el cuerpo diferente para el estigma, y además de una manera muy silenciosa. Lo asumimos como algo normal en la ficción, pero tenemos que entender que el cuerpo que no está marcado de alguna manera por algo es la excepción, no la norma. La norma es el cuerpo enfermo. | | | | | | |
La vergüenza está hecha de miedo, por Eider Rodríguez | | La vergüenza puede ser un motor de escritura y también algo paralizador. La vergüenza se compone también de miedo, te da miedo que el resto se entere. A veces me dicen: "Qué valiente", por haber escrito el libro. Pero yo siento lo contrario: he podido ser valiente porque he estado muy avergonzada y la vergüenza es puro miedo.
También hay miedo al silencio como esa especie de secreto que no puedes descifrar. Muchas veces lo que nos lleva a escribir es ese silencio, ese no poder decir, ese miedo a poner en palabras algo que no sabes muy bien qué es. Eso es una cantera muy grande para quien escribe. Produce una tensión, y a la hora de escribir eso significa que hay unas ganas de seguir adelante. La literatura y la escritura tienen que ser peligrosas, para quien escribe y para quien lee, porque si no te toca, si no te lastima, si no te mueve de dónde estás, ¿para qué escribir?
*** Si te han enviado esto y quieres recibir más ensayos y recomendaciones sobre cultura, feminismo e intimidad cada dos jueves, puedes apuntarte a esta newsletter aquí. También puedes escribirme con comentarios, apuntes o sugerencias a nramirez@elpais.es o escribirme vía Twitter, donde paso más tiempo del que me gustaría | | | | | | |
|
| | | La información siempre es tendencia | Accede sin límites a toda la actualidad de EL PAÍS por solo 1 € el primer mes*. | *Promoción válida para nuevas suscripciones | | | | | | | Gracias por leernos | | Apúntate a otras newsletters | © Ediciones El País, S.L.U. realiza una reserva expresa de las reproducciones y usos de las obras y otras prestaciones accesibles desde esta “newsletter” a medios de lectura mecánica u otros medios que resulten adecuados a tal fin de conformidad con el artículo 67.3 del Real Decreto-ley 24/2021, de 2 de noviembre.
Publicidad: Has recibido este boletín porque has aceptado recibir la newsletter de Lo raro es vivir. Para más información, consulta la Política de Privacidad de los medios Prisa.
Borrar cuenta: Si quieres borrar tu cuenta de los medios Prisa o si quieres ejercer tus derechos puedes hacerlo por email a privacidad@prisa.com desde tu correo tepadirectorio.gratis@blogger.com.
Baja total: Si tienes contraseña en EL PAÍS, puedes acceder a tu perfil para dar de baja todos los boletines o cancelar tu cuenta de EL PAÍS.
Baja boletín: Si quieres dejar de recibir este boletín concreto, dirigido a tepadirectorio.gratis@blogger.com, puedes darte de baja | | | | |
|
Califica este artículo:
{[['
']]}