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| | | | | | | ¿Es 'The Bear' una comedia? | | NATALIA MARCOS |  | | Jeremy Allen White, protagonista de 'The Bear', en la tercera temporada de la serie. / DISNEY+ | | | | |
| En The Bear (Disney+), Jeremy Allen White interpreta a Carmy, un reputado chef que regresa a Chicago para hacerse cargo del restaurante familiar tras el suicidio de su hermano. Tanto el local como la vida de Carmy son un completo desastre y sufre ataques de ansiedad y depresión. Al final de la temporada decide que lo mejor es empezar de cero y reformar completamente el lugar para abrir un nuevo restaurante. La segunda temporada sigue el proceso previo a la apertura del nuevo negocio. La tercera entrega, estrenada en Disney+ este miércoles y que se vio en Estados Unidos a finales de junio, se adentra en los primeros meses tras la apertura del restaurante y la lucha de Carmy por lograr la excelencia. Rodada con muchos planos cortos, siguiendo de cerca a los personajes y la comida, con intercambios muy rápidos de diálogos y muchos gritos, refleja la tensión que se vive en los fogones de una cocina profesional y el estrés y la ansiedad que puede trasladar a sus trabajadores. El duelo, la salud mental y la maternidad/paternidad son temas frecuentes en la serie. Sus capítulos no suelen superar los 30 minutos porque es difícil que alguien aguante más tiempo tal nivel de presión audiovisual. Y por mucho que cueste creerlo con esta descripción, para los premios, The Bear es una comedia. Y no una cualquiera, es una comedia de récord. The Bear ya ha batido dos marcas en los Emmy. Es la comedia que más premios ha ganado de toda la historia con su primera temporada. Y desde mediados de julio, es la serie que más nominaciones ha conseguido en las categorías de comedia con una sola temporada: su brillante segunda tanda de capítulos ha acaparado 23 nominaciones (el récord lo tenía 30 Rock desde 2009, cuando logró 22 candidaturas). | | | | | | | | |
| |  | | Ayo Edebiri y Jeremy Allen White, en la tercera temporada de 'The Bear'. / DISNEY+ | | | |
| También es la comedia que más debate ha provocado sobre su propia identidad como comedia. El periodista Stuart Heritage publicaba en The Guardian un texto titulado “The Bear no es una comedia y es el momento de dejar de fingir que lo es”. Heritage defendía que, presentándose a los premios como comedia la serie estaba haciendo daño a la comedia como concepto. Incluso consideraba un error que Jeremy Allen White ganara premios como protagonista de comedia por un papel que no es cómico en detrimento de otros intérpretes que sí son puramente cómicos (Jason Segel, Bill Hader, Jason Sudeikis y Martin Short en el caso de los Emmy del año pasado; aunque el propio periodista concede que los papeles de sus cuatro contrincantes también tenían bastante de dramático). Pocos días antes, Sarah John publicó en The Daily Beast otro artículo sobre el asunto, con el punto de vista opuesto y el título: “De una vez por todas: Sí, The Bear es una comedia”. “Es de tener poca vista pensar que solo porque una serie trate sobre el estrés, la tensión y el trauma, no esté reflejando brillantemente el humor que se necesita para navegar por la vida”, añadía. Para ella, la serie es una parodia de la industria de la restauración y de las dificultades familiares y de la vida. “Algunos de los mejores episodios de The Bear te mantendrán al borde del asiento, conteniendo la respiración. Pero la tensión provoca adrenalina, no pesadumbre y depresión. Esos episodios a menudo funcionan como sátiras”, añade. “The Bear consistentemente encuentra humor en cosas terribles. Explora temas serios pero de una forma sorprendente y con la mente abierta”, completa.
En un término medio se encuentra la crítica de Vulture Kathryn VanArendonk. Su artículo recogiendo esta polémica se tituló: “¿Es The Bear una comedia? ¿Y debería importarme?”. Ella defiende que las categorías de drama y comedia han evolucionado y que The Bear encaja en un concepto más fluido de comedia cercano a la dramedia que se puso de moda desde la llegada de las plataformas. De hecho, la primera temporada la describe como una sitcom al uso. La segunda se enfocaría como la historia de una familia disfuncional (los trabajadores del restaurante) que se une para intentar que las cosas salgan adelante (poner en marcha el negocio). Incluso encuentra un “humor burbujeante” en un episodio tan serio y dramático, casi trágico, como Peces. Sí le parece que el drama es más claro en la tercera temporada porque no hay tanto alivio cómico como en anteriores entregas. “Mientras que la intensidad de Carmy en anteriores temporadas se equilibraba con humor en otros personajes, en la tercera temporada todo el mundo es arrastrado por el peso de sus altos estándares y nadie está pasando por un buen momento”, dice.
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| |  | | Ricky Staffieri y Matty Matheson, los hermanos Fak en la ficción, ejercen de alivio cómico. / DISNEY+ | | | |
| ¿Qué es una comedia para los Emmy? | | | | El origen de toda esta polémica está en la división en algunos premios entre drama y comedia. Los Emmy dividen entre drama, comedia y serie limitada. Y los límites entre los tres son muy borrosos. Las normas de los Emmy, establecidas por la Academia de la Televisión Estadounidense, dicen lo siguiente para las comedias y los dramas: “Las series de comedia y drama se definen como programas con múltiples episodios (mínimo de seis) donde la mayoría de la duración de al menos seis episodios es primariamente cómica para las series de comedia o primariamente dramática para las series de drama”. A esta definición se refería la guionista Joya McCroy, de Colegio Abbott, cuando tuiteó: “Orgullosa de las nominaciones a los Emmy de Colegio Abbott de este año, especialmente la de Mejor Comedia ya que claramente somos un programa donde la mayoría de la duración de al menos seis episodios son primariamente cómicos, como lo define la Academia de la Televisión”. Esta norma entró en vigor en 2021. Antes, desde 2015 hasta 2021, el criterio que se utilizaba para decidir si algo era comedia o drama era su duración: las series con capítulos de media hora se consideraban comedias automáticamente y las que tenían capítulos más largos se clasificaban como dramas. Esta norma hizo que Orange Is the New Black, dramedia carcelaria con capítulos de una hora, compitiera en 2014 como comedia y cambiara en 2015 a drama. Se podía presentar una reclamación para que la Academia revisara la categoría, y Orange Is the New Black la presentó, pero no le concedieron el regreso a comedia. Curiosamente, ese mismo año a otras series de una hora de duración como Glee, Shameless y Jane the Virgin sí les concedieron el cambio para mantenerse en comedia. Esto demuestra que la flexibilidad y arbitrariedad en los criterios de los Emmy siempre ha estado ahí. De hecho, otras series como Transparent o Fleabag, en ocasiones con más de drama que de comedia, compitieron y ganaron como comedias.
Según publicó Variety a partir de diferentes fuentes de la industria audiovisual, “cadenas y estrategas” habían intentado forzar a la Academia de la Televisión a revisar la categoría de The Bear para que pasara a ser considerada un drama. ¿Y qué opinan en la propia serie? Pues que son una comedia. “Creo que la serie es real como la vida. A veces es divertida, a veces es real. Lo que intentamos hacer es contar una historia real”, dijo el productor ejecutivo Josh Senior tras ganar el Emmy por su primera temporada. Para el actor Ebon Moss-Bachrach (Richie en la serie), “esas ideas sobre comedia y drama están un poco anticuadas. Estamos intentando reflejar el caos del ser humano, que es profundamente divertido y que todos sufrimos”. Otros fuera de la serie no están tan de acuerdo. El cómico Niles Abston, guionista de la serie Dave, tuiteó al hilo del récord de nominaciones de The Bear: “La industria dejando que una serie que es claramente un drama haga esto probablemente sería parte de 30 Rock”. | | | | | | | | |
| |  | | Ayo Edebiri, Sydney en 'The Bear'. / DISNEY+ | | | |
| Kathryn VanArendonk apuntaba en Vulture una cuestión más profunda detrás de todo esto: el mayor peso y valor que se ha dado tradicionalmente al drama por encima de la comedia. “Ya hace muchos años que series de media hora como Transparent, Louie, Atlanta, Fleabag, Barry y Muñeca rusa operan en registros mucho más serios, y llevamos más tiempo todavía (más siglos) en un desequilibrio cultural que dice que las cosas serias son más valiosas —más importantes, más significativas, más difíciles de hacer, merecen más la pena artísticamente— que las cosas divertidas”. ¿Quizá por eso la comedia se ha vuelto tan seria?
Entrevisté la semana pasada al guionista Bill Lawrence, creador de Scrubs, Ted Lasso, Terapia sin filtro y que estrena ahora Mono malo. Y como voz muy autorizada en el asunto, le pregunté por el estado de la comedia televisiva actual. “La gente intenta meter las cosas en una caja: esto es una comedia, esto es un drama. Y ese ya no es el caso. Te diré una cosa, no creo que Succession fuera el mejor drama cuando ganó el Emmy. Creo que era la mejor comedia. Me hizo reír tanto, era tan oscuramente divertida… Creo que lo que ocurre es que quizá no hay ya tantas comedias tontas como solía haber. [...] El género está cambiando. Creo que hay muchos dramas que son cómicos y muchas comedias que son dramáticas”. Yo le puse The Bear como ejemplo de lo que estaba diciendo. “Sin ninguna duda, sin ninguna duda, es el ejemplo perfecto”.
Y ahora me podréis decir: “Vale, Natalia, y después de toda esta chapa, ¿en qué quedamos? ¿The Bear es comedia o drama?”. Pues tras haber leído bastante sobre el tema, mi conclusión es que los mismos razonamientos y los mismos ejemplos que se utilizan para justificar una posición se pueden usar para la contraria, todo depende del punto de vista y lo que cada uno considere humor. En cualquier caso, este es un dilema que solo se plantean los premios. En el día a día, ¿qué más da si una serie es comedia, drama, thriller, sátira o como demonios se la quiera clasificar? Lo importante es que nos guste.
| | | | | | | | Lo que estoy viendo | | |  | | Jake Gyllenhaal y Bill Camp, en el segundo episodio de 'Presunto inocente'. / APPLE TV+ | | Quizá empiezo a ser pesada, pero claro que tengo que hablar aquí también de la tercera temporada de The Bear (Disney+). Ya he visto la mitad y sigue siendo una serie fascinante y maravillosa, estresante a veces, conmovedora otras, con personajes en los que es tan asombrosamente fácil reconocerse. Pero me empieza a asaltar la sensación de que está atrapada en un bucle. Sabe lo que le funciona, conoce sus fuertes, y no quiere salir de su zona de confort, siendo su zona de confort la menos confortable zona de confort de la historia.
También vi un poco de Mono malo (Bad Monkey, Apple TV+), comedia policíaca con un tono un poco extraño que no me ha llegado a enganchar ni por el lado policíaco y del misterio ni por la comedia y los personajes estrambóticos que tiene. Mucho mejor me lo he pasado terminando en maratón Presunto inocente (Presumed innocent, Apple TV+). Empecé la serie cuando se estrenó (ya hablé de ella por aquí), pero con las vacaciones y demás la dejé a medias y el fin de semana pasado, de dos sentadas, la terminé. Es de esas series en las que todo funciona bien, tanto el caso como la trama personal del protagonista como los secundarios. Además, está muy bien resuelta, que es otra de las cosas que se piden a los thrillers de este tipo. Un disfrute. | | | | | | Zapeo de noticias | | |  | | La selección española de waterpolo, tras ganar la medalla de oro. / EVGENIA NOVOZHENINA (REUTERS) | | El final de los Juegos Olímpicos nos ha devuelto de bruces a la cruda realidad del agosto televisivo. La tele vuelve a ser un erial lleno de promesas para el otoño. Atrás han quedado días de éxitos de audiencia para La 1, que con sus emisiones de París 2024 en julio y agosto ha logrado una cuota media del 15,7% (para hacerse una idea de la importancia que ha tenido la cita olímpica en los datos de TVE, el lunes y martes de esta semana, sin Juegos, La 1 ha bajado al 9,2 y 7,5% de cuota).
Estos Juegos también han sido una prueba de fuego para el streaming para medir su potencial con el deporte en directo, que como contábamos la semana pasada, es una de las piezas clave en esta fase de la guerra de las plataformas. En España, RTVE Play ha crecido un 80,5% en visualizaciones respecto a los Juegos de Tokio 2020, con casi 8,3 millones de visitantes únicos, según la información que ha facilitado la cadena pública. De ellos, 6,2 millones de usuarios únicos han conectado con alguna de las señales en directo que ha ofrecido la plataforma gratuita. Como curiosidad, los deportes que más se vieron bajo demanda en RTVE Play fueron el atletismo, la gimnasia artística y el fútbol. La prueba más vista bajo demanda fue la final femenina por equipos de gimnasia artística.
Max, la plataforma de Warner Bros. Discovery que ofrecía los Juegos de París al completo, no ha facilitado datos de visionados en España. La compañía publicó el lunes una nota con algunas cifras de su repercusión en Europa, donde la plataforma está presente en 25 países. Por ejemplo, que a lo largo de los Juegos se han reproducido más de 7.000 millones de minutos de vídeos en Max en toda Europa (signifique eso lo que signifique). El domingo 4 de agosto, entre Max y Discovery+ se reprodujeron 600 millones de minutos de vídeo, récord para las plataformas de Warner Bros. Discovery en Europa. También les ha servido para sumar un buen puñado de nuevos suscriptores de pago: aunque no dan cifras, aseguran que el sábado 27 de julio fue el día en el que más suscriptores sumaron en Europa en toda su historia. Son datos tan genéricos (algunos ni siquiera son datos) que no sirve de mucho para hacerse una idea. Tampoco hay forma de comparar, porque es la primera vez que los Juegos se emiten en Europa al completo en streaming. | | | | | | |
| La sugerencia de la Redacción | | |  | | Emma Myers, protagonista de 'Asesinato para principiantes'. / NETFLIX | | La invitada de esta semana es Manme Guerra, redactora de la sección Fortuna del periódico económico CINCO DÍAS que ahora está integrado dentro de Economía de EL PAÍS.
| | | | Cuando me quedo unos días atrapada en Madrid en pleno agosto, nada mejor que poner la casa en penumbra, como dictan los cánones andaluces, y ver una serie que me enganche, pero sin tener que devanarme los sesos. Este verano he elegido Asesinato para principiantes, una ficción de BBC de solo seis capítulos de 40 minutos que está disponible en Netflix. Me ha encantado seguir los pasos de Pippa (Emma Myers) mientras investiga qué pasó realmente con Andie Bell (India Lillie Davies), estudiante de su instituto que desapareció hace cinco años. Todos culpan a Sal Singh (Rahul Pattni), el novio de la chica, que se suicidó pocos días después de la desaparición. Pero esta especie de Jessica Fletcher de la generación zeta no se lo cree, o ¿es que tiene motivos para no querer creérselo? La serie tiene, además, un punto más a su favor. Transcurre en un idílico pueblo inglés rodeado de vegetación donde en verano los protagonistas van con sudadera o chaqueta. El sueño anhelado de los que nos derretimos sobre el asfalto. | | | | | | Las sugerencias de los lectores | | |  | | Guillermo Francella, en la tercera temproada de 'El encargado'. / DISNEY+ | | Alfonso Soriano: "Estoy viendo Tierra de mujeres (Land of Women, Apple TV+) y es un descanso porque no tienes más que mirarla y pasártelo bien, sobre todo con Carmen Maura. También sigo con mi dosis diaria de Law & Order (SkyShowtime, Movistar Plus+), casi nunca me decepcionan a pesar del continuo cambio de reparto. Sam Waterston es inigualable".
José Esteller: "El encargado (Disney+), serie argentina deliciosa. El protagonista es un portento. Y la trama, el no va más. Tiene tres temporadas y disfrutaréis mucho".
José Antonio Marín Carrillo: "Como estamos en pleno agosto, he recurrido a series que dejé atrás o que vuelvo a ver. Entre ellas está Sugar (Apple TV+). No siempre me ha gustado Colin Farrell, pero en esta serie creo que lo hace bien. Consta de ocho capítulos, y hasta el quinto está aceptable. Cuando entra la fantasía pierde algo que te va dejando sin mucho entusiasmo. Por otro lado, he vuelto a ver True Detective temporada 4 (Max, Movistar Plus+) y creo que la he entendido mejor e incluso me ha gustado más que cuando la vi por primera vez, muy recomendable. La pareja de protagonistas hacen grande esta temporada. Y por último, he visto la segunda temporada de The Capture (Movistar Plus+), me parece una buena manera de continuar lo que se plantea desde el inicio de la serie y te hace cuestionar muchas cosas sobre la labor de los servicios de seguridad e inteligencia".
Podéis mandar vuestras sugerencias televisivas (programas, series, documentales...) a nmarcos@elpais.es. Incluid, por favor, vuestro nombre, qué recomendáis y por qué lo hacéis en un párrafo. ¡Gracias! | | | | | | Series destacadas de esta semana | | |  | - Emily in Paris. En la cuarta temporada, la protagonista sigue atrapada en un triángulo amoroso que cada vez se complica más. Jueves 15 en Netflix.
- Klara. Una mujer lucha contra un amor no correspondido por un hombre casado y encuentra consuelo en sus amigos. Jueves 15 en Max.
- María Antonieta. Tras casarse con el heredero del trono de Francia, tendrá que madurar deprisa en un entorno hostil lleno de intrigas. Lunes 19 en Movistar Plus+.
- Las semillas del mal (The Roots of Evil). Una inspectora y su nuevo colega investigan la muerte de una niña en la Alemania tras la caída del muro. Martes 20 en Filmin.
- Accidente. Serie mexicana en la que una tragedia en una fiesta sacude a una comunidad rica. Miércoles 21 en Netflix.
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Hasta la próxima semana.
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| | | | | NATALIA MARCOS
| | Redactora de la sección de Televisión. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, donde trabajó en Participación y Redes Sociales. Desde su fundación, escribe en el blog de series Quinta Temporada. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y en Filología Hispánica por la UNED. | | | | |
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