Queridos lectores, muy buenas tardes,
No hay duda de que las consecuencias de una guerra son devastadoras para el país que actúa como campo de batalla. A diario acogemos con estupor lo que sucede en el suelo de Ucrania y Gaza. Bombardeos a hospitales, escuelas, incluso en zonas exclusivas para la ayuda humanitaria. Este lunes, desde El Cairo (Egipto), el periodista Marc Español informaba sobre otro conflicto activo, aunque no tan presente en los medios: la guerra civil en Sudán. Esta ofensiva estalló en abril de 2023 y ha provocado la que se considera la mayor crisis de desplazados del mundo, en la que unas 10 millones de personas han huido en busca de un lugar más seguro. En este caso, Español centraba su reportaje en narrar el drama que padecen ellas a manos de ellos. Me refiero a la violencia sexual contra las mujeres por parte de los paramilitares sudaneses. “La situación de las mujeres y las niñas [en Sudán] se deteriora cada día”, admitía a nuestro reportero Sulaima Ishaq, la directora de la Unidad de Lucha contra la Violencia contra la Mujer. Y es que este tipo de violencia en forma de explotación sexual, secuestros, palizas o trabajos forzosos está siendo una de las formas más extendidas para sembrar el terror entre la población civil.
Esta es solo una de las adversidades a las que se enfrentan las africanas, pero hay muchas otras que nada tienen que ver con una guerra. Ayer os impresionó el vídeo que publicamos en nuestras redes sociales sobre una tortura silenciada en varios países de África Occidental y Central. Se trata del planchado de senos, una práctica que consiste en masajear o golpear los pechos de las niñas con objetos calientes para suprimir o revertir su crecimiento. La finalidad de todo esto es evitar el acoso, la violación o el secuestro. Es sobrecogedor el hecho de que en muchos casos este acto, doloroso y perjudicial para la salud, lo practican las madres hacia sus propias hijas con el fin de protegerlas.
Pero lo que sucede con las mujeres en África, afortunadamente, no es solo esto. En muchos países están empoderadas, lideran movimientos y son una referencia dentro de la comunidad en la que viven. Este fin de semana, salía a la luz esta fotogalería que muestra cómo las mujeres en Senegal son capaces de frenar el ritmo del país para la festividad del Tabaski. Mientras las familias se reúnen para realizar el sacrificio del cordero, las jóvenes senegalesas se pasean por las calles con preciosos y coloridos vestidos tradicionales que han confeccionado ellas mismas durante meses.
Termino mi beca en Planeta Futuro este viernes y echaré de menos lo mucho que aprendo cada día al lado de mis compañeras. Leía el otro día una interesante entrevista que Beatriz Lecumberri realizó en Santander al jefe de la UNRWA, Philippe Lazzarini, en la que los dos charlaban de la situación de los refugiados palestinos. Me atrapó cómo, con sutileza, Beatriz mencionó la siguiente cita de Albert Camus, del que me confesó que es fan: “A veces se silencia un horror para poder combatir mejor otro”. Lo hizo para preguntarle al Comisionado general si eso es lo que pasa en la sociedad israelí y en la sociedad palestina. No os perdáis su respuesta.
¡Que tengáis una estupenda semana! |