| Buenos días. El fin de semana está a punto de empezar, momento ideal para la lectura: El Real Madrid juega el sábado la final del Mundial de Clubes contra el sorprendente Al Hilal saudí, que en la semifinal del martes venció al Flamengo. Ganó el miércoles el equipo blanco, no sin suspense al Al Ahly egipcio. Para el Madrid, ganar el Mundialito es una obligación. La bola de nieve del ruido por Vinicius, los ocho puntos de distancia en la Liga frente al Barcelona, la Supercopa perdida contra los culés en Arabia Saudí y un calendario por delante de aúpa… son motivos de por sí suficientes. A los de Ancelotti les espera el Liverpool en los octavos de la Champions dentro de diez días, el derbi con un necesitado Atlético en Liga poco después, y tres enfrentamientos en un mes con el Barça -ida y vuelta de Copa, y la visita liguera al Camp Nou donde deberá ganar para tratar de reengancharse a la competición-. Estos días está en Rabat (Marruecos) nuestro compañero Lorenzo Calonge, que asistirá a la final del Mundial, sobre la que también escribirá José Sámano. También nos interesa la Superliga: A22 Sportsmanagement, empresa impulsora de la Superliga, ha elaborado un decálogo, que publicamos ayer en EL PAÍS junto a otros diarios europeos, en el que expone las bases sobre las que trabaja para redefinir su proyecto. La nueva Superliga corrige algunos de los puntos más conflictivos de su planteamiento inicial y aboga por una competición en la que tengan cabida los mejores clubes de las grandes ligas europeas -con la participación de entre 60 y 80 equipos repartidos en tres o cuatro divisiones- y en la que prime el mérito deportivo. Los impulsores del proyecto lo consideran el antídoto para frenar la supremacía económica de la Premier League. Este argumento no convence ni a la Asociación Europea de Clubes (ECA), adscrita a la UEFA, ni a la European Leagues (EL). Lo cuentan Ladislao J. Moñino y David Álvarez. No te pierdas esto: LeBron James batió esta semana el récord de puntos en temporada regular en la historia de la NBA. El ahora jugador de los Lakers superó a Kareem Abdul Jabbar y dejó en 38.390 la nueva marca. Pero más allá del hito logrado en la madrugada del martes al miércoles en España, la historia de LeBron es la de un chico negro nacido en una ciudad pobre y con delincuencia a 50 kilómetros de Cleveland (Ohio), hijo de una madre de 16 años, sola porque el padre del bebé la abandonó al quedarse embarazada. James, hoy un icono del deporte, no ha olvidado sus orígenes y una durísima infancia que superó gracias a su progenitora y al baloncesto. Es Lebron James, el hijo de Gloria, el chico de Akron, como contaba esta semana Juan Morenilla en un estupendo reportaje. Sí, hay vida más allá del fútbol: -
Si bien LeBron James ha sido el protagonista indiscutible de esta semana en la NBA, dos traspasos bomba han dado también mucha vida a la competición estadounidense. Los Brooklyn Nets se deshicieron en cuestión de unas horas de sus dos estrellas, Kyrie Irving y Kevin Durant, rumbo a Dallas Mavericks y Phoenix Suns. -
El COI proclama el apoyo de los atletas a la participación rusa en los Juegos Olímpicos de París 2024 antes de consultarles. La comisión de deportistas del Comité Olímpico español suspendió la encuesta que tenía preparada sobre la posibilidad de levantar la sanción al deporte ruso y bielorruso por la invasión de Ucrania. Por Carlos Arribas. La firma -
Iraola, el técnico que va como un rayo. A los entrenadores conviene medirles más allá de los resultados. Los de este vasco, por ahora, son sobresalientes. Pero hay otros valores a resaltar. Por José Sámano
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