Buen día, les dejo mis recomendaciones para el fin de semana Están los esotéricos, seguramente más difíciles de entender pero sin dudas más ingeniosos, que justificaran el título del Nápoles en la muerte del Diego Maradona. Así parece que no hay manera de discutir que los dioses solo trabajan desde el cielo. Hay otras personas, en cambio, que analizan el éxito del cuadro napolitano a partir del excelente trabajo de Luciano Spalletti, sumado al fútbol de jugadores excelsos (con permiso de El Pelusa) como Kvaratskhelia y Osimhen. Además, como si fuera poco, en las anteriores 10 campañas el Nápoles sumó cuatro subcampeonatos, tres terceros puestos, dos quintas posiciones y su peor clasificación en ese periodo fue cuando quedó séptimo en la temporada 2019-2020. Pero es más bonito hablar de la ayuda invisible de Diego. Y no los juzgo. Seguramente serán los mismos que en Argentina hablan de la mano, esta vez no la Dios (o sí, vaya uno a saber) de Maradona a Messi para que alzara el título en Qatar 2022. "La historia engrandece a los equipos, pero también es capaz de jibarizar a clubes que no lograron pasarle la cuenta a tiempo. El Nápoles, leyenda del fútbol, club ciclotímico por naturaleza y orgullo del sur de Italia ante la arrogancia industrial del norte, fue condenado 33 años y tres días a ese cruel destino", relata Daniel Verdú, en su crónica desde Italia. Lo cierto es que Nápoles volvió a ganar (33 años después), igual que Argentina (36), desde que Diego murió. Y en el sur de Italia hasta sueñan con llevar a Messi al estadio Diego Armando Maradona. "¿Y si fichamos a Messi?". La pregunta circula en estos días de boca en boca, y de teléfono en teléfono, en el sanedrín de Aurelio de Laurentiis, cuenta Diego Torres. Justamente ahora que no se sabe qué será del futuro del rosarino. Pero Italia por ahora le queda lejos a Messi, también Barcelona, por mucho que Laporta insista en repatriar al 10. Por qué nos interesa. "¿Qué será del Barça?", por Ramon Besa. El club azulgrana vive atrapado en una situación perversa: su salud deportiva y social contrasta con su crítico momento económico en vísperas de cerrar el ejercicio 2022-2023. Este fin de semana se apaga la Liga, pero se brinda por la Copa. - · "Tengo fuego dentro". No te pierdes la excelente entrevista de Alejandro Ciriza a Ezequiel Ávila, Chimy (Rosario, Argentina; 29 años). El delantero de Osasuna ilustra a un canterano en el gimnasio de Tajonar: "Mirá, la vida es como un saco de boxeo: te van a venir siempre golpes, así que se trata de encajar los menos posibles".
- · La Copa de Ancelotti en 2014 que impulsó el ciclo dorado. El Real Madrid ganó su última Copa del Rey el 16 de abril de 2014 contra el Barcelona (1-2), con aquella insólita carrera por fuera del campo de Gareth Bale. Desde esa noche en Mestalla, y hasta la de este sábado contra Osasuna en La Cartuja (22.00, La1), los blancos no solo no han vuelto a ganar el trofeo; ni siquiera habían alcanzado otra final. En cambio, desde entonces han levantado cinco Champions. Por David Álvarez.
Sabemos que no solo te gusta el fútbol. - · Juegan las chicas, cemento en las gradas. Ofrecía el cartel femenino de esta edición un cuadro de campanillas –presentes todas las top-10, excepto la tunecina Ons Jabeur–, pero hasta ahora no ha enganchado al seguidor madrileño, que en cambio copa las tribunas cada vez que interviene Carlos Alcaraz. Por Alejandro Ciriza.
- · Cómo un pequeño club de Palma ha llegado a pelear por la Champions de fútbol sala. Todo el reino del fútbol sala está ocupado por las acaudaladas secciones de clubes de fútbol, caso del Benfica, el Sporting de Portugal y el Anderlecht, finalistas de la Final Four. Mejor dicho, casi todo. Una isla poblada por irreductibles jugadores resiste al invasor. Es la Galia Mallorca y el Palma Futsal, los Asterix y Obelix del balón. Por Jordi Quixano.
La firma. - · Bob Beamon y los récords. Si Powell superó aquel salto, para mi inalcanzable, tantos años después, también tendrá que llegar quien juegue ese partido 623 y ser feliz porque es señal de que la vida sigue rodando. Por Andoni Zubizarreta.
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