| Hola a todos: Alguna vez, cuando le preguntaron a Carlos Saura si iba a escribir sus memorias, respondió que lo haría al llegar a los cien años, no antes, porque auguraba que si las redactaba, moriría. Su fallecimiento se produjo un poco antes, a sus 91 años el pasado 10 de febrero, y no, no había acabado ese postrero libro, aunque casi. Esta semana se ha editado De imágenes también se vive (Casi unas memorias) (Taurus), la autobiografía del director de La caza, Cría cuervos o Bodas de sangre, un volumen en el que empezó a trabajar durante el confinamiento, en abril de 2020, y que ha sido rematado y editado por sus hijos y por la crítica de EL PAÍS Elsa Fernández-Santos. Y que he leído apasionadamente. Un viaje a los gustos y los trabajos de Saura (Huesca, 1932 - Collado Mediano, Madrid, 2023) y una inmersión en alma de un hombre que se construyó desde un horror, la Guerra Civil —que sufrió hasta el punto de sobrevivir a dos bombardeos en Barcelona—, un enfrentamiento fratricida que temía, en sus últimos años de vida, que se volviera a repetir. En el epílogo, Fernández-Santos explica que se han eliminado esbozos de episodios, "en su mayoría sobre proyectos escénicos recientes", que otros capítulos son "pasajes ya publicados", y que en el momento de su muerte Saura estaba trabajando en un episodio dedicado a Vittorio Storaro, el director de fotografía italiano, el mago de la luz con el que comenzó a trabajar desde Flamenco. Por eso, a veces, en el volumen hay, a veces, pequeños apuntes contradictorios, como cuando lista sus propias películas favoritas. Y sí parece del autor la decisión de dedicar las primeras cien páginas, de 359, a su infancia y adolescencia. "Yo era un niño melancólico y sensible, seguramente reflejo de una guerra y una posguerra traumáticas [...]. No estoy muy seguro de si el terremoto de la Guerra Civil dejó huellas definitivas en mi carácter. En todo caso, es incuestionable que las imágenes de la Guerra Civil española me han acompañado [...] y están en algunas de mis películas", apunta en un episodio sobre sus influencias. "Yo tengo algo de Carmen, de san Juan de la Cruz, de Lope de Aguirre, de la niña de Cría cuervos; soy Elisa, Goya y la prima Angélica" escribe en esas páginas sobre cómo sus personajes se articulan en sus sentimientos. Y como dos faros intelectuales y artísticos, en numerosas ocasiones rinde tributo a Baltasar Gracián —al que llega a interrelacionar con las emociones que le provoca una de sus canciones preferidas, Todo cambia, que canta Mercedes Sosa— y a Francisco de Goya, sobre quien haría Goya en Burdeos (1999). "Es mi pintor favorito desde niño. Mi primer trabajo en cine fue un documental sobre la pradera de San Isidro que nunca terminé", y que encaró con 20 años y una cámara de 16 mm que compró con sus ganancias como fotógrafo. Hay otras partes muy Saura, como la enumeración de sus perros y otros animales de compañía fallecidos y los sentimientos que le produjeron; sus relatos de sus viajes en el tren de cercanías que le lleva de Madrid capital a Collado Mediano, donde compró su última casa tras el estreno de Carmen (1983) —"junto con Cría cuervos, la película que ha tenido más éxito en mi vida profesional"— ; o sus reflexiones sobre el cine, tras medio centenar de películas: "Lo único seguro es seguir los propios instintos. Mejor equivocarse solo que en compañía [...]. Quienes hacemos cine, ilusionados con el juguete que tenemos entre las manos, somos como niños grandes que tratamos de contar historias: nuestras historias o las historias que nos gustan de los demás". Ya desde el inicio escribe: "He dividido parte de mi vida entre tres adicciones: la fotografía, el cine y la música". En su inicio, Saura habla sobre el carácter que imprime ser hijo de murciano y aragonesa, "con una irresistible atracción hacia el sur, y especialmente por Andalucía [...]. Esa dualidad ha marcado mi vida". Sus primeros años devienen en un continuo viaje marcado por la Guerra Civil. "Desde entonces he odiado las guerras. Ninguna piedad para los que lanzan las bombas sobre una ciudad poblada de niños, mujeres y hombres, tratando de destruir sus vidas, sembrando el odio y el dolor", explica. Para distraerse de los bombardeos nocturnos, ese Saura niño imagina que es Tarzán y salta de liana en liana por el madrileño parque del Retiro, donde entonces estaba el primigenio zoológico, al lado de su casa, en la avenida Menéndez Pelayo. Siguiendo al Gobierno republicano, los Saura (su padre es "alto cargo en el Ministerio de Finanzas") se mudan de Madrid a Valencia y de ahí a Barcelona, donde Carlos y su hermano Antonio sobreviven a dos bombardeos: uno en el colegio, otro en su casa. Son las páginas más dramáticas, de más pulso, del volumen, y aquellos recuerdos acabarían conformando un guion, ¡Esa luz!, que al no encontrar financiación se reconvirtió en novela en el año 2000. De su madre procede su pasión por la música: "He divagado, soñado, me he emocionado y llorado escuchando música". "He tenido siempre la sensación de llegar tarde a los sitios y, sin embargo, ahora veo que no ha sido exactamente", redacta en general sobre la vida y en particular sobre el despertar sexual. De esos tiempos de su niñez surge su "desconfianza de la Iglesia, de cualquier iglesia, credo o religión", y en especial del Opus Dei, influyente pertinaz en el franquismo. No quiero desvelar mucho más: el libro tiene momentos fascinantes, y lagunas que a veces parecen conscientes y a veces provocadas por su muerte: "Desgraciadamente, la vida es demasiado corta para poder abarcar lo que uno quiere hacer: escribir, pintar, leer una partitura musical, tocar un instrumento, un chelo, por ejemplo". Pero sí quiero detenerme en dos de sus tributos. El primero arranca así: "Al festival de Cannes de 1960 le estoy agradecido por dos cosas: me permitió darme a conocer y, a pesar de las dificultades, poder seguir haciendo cine, y porque allí conocí a Luis Buñuel", a quien dedica páginas y páginas de cariño y admiración, testimoniando sus conversaciones, y al que defiende a ultranza: "Que las jóvenes generaciones vean su obra como la de un hombre honesto, vital, poderoso y sensible a la vez, buceador de nuestras profundidades que nos mostró el camino de un cine renovador y personal". El otro es a Charles Chaplin: por su segunda pareja, Geraldine Chaplin, de quien se enamora en el rodaje de Peppermint Frappé, conoce al genio, padre de su ya pareja, en su casa en Vevey (Suiza). En un invierno, asiste a una lectura dramatizada de un guion, The Freak, "fascinado, apenas si sigo el texto", en la que Chaplin, a sus 80 años, encarna todos los personajes. Y confiesa: "Los primeros 10 minutos de The Idle Class, de 1921, escrita, producida, dirigida e interpretada por Chaplin, es una de las cosas más extraordinarias que yo he visto en el cine". Acerca de su obra, Saura toma partido: "Abogo por un cine que no está de moda, un cine sin las facilidades seductoras de la aventura superficial; un cine que duela, que emocione; un cine de autor, porque detrás de cada imagen hay alguien que cuenta cómo ve la vida; un cine que en ocasiones exige un pequeño esfuerzo. Un cine inteligente y, sobre todo, sensible". Al cerrar la travesía, queda su amor por la vida: "Son los detalles los que nos conforman. Y así como las hecatombes, las guerras, los terremotos nos encogen el ánimo y nos incapacitan para ser, el universo de la sensibilidad, de los detalles, las pequeñas cosas, la acumulación diaria de pequeñas experiencias va definiéndonos". En el prólogo, escrito durante el confinamiento de 2020, Saura ya había anticipado todo este devenir: "Creo que las cosas son como las vimos y las vivimos y nos acompañan en este viaje que es la vida". Elena Martín y su poderosa y turbadora 'Creatura' Elena Martín ha logrado una película poderosa, turbadora, que conmociona con su retrato del deseo sexual de una mujer. Y en tiempos de mucho cine inane, es como para ponerse en pie y aplaudirla a rabiar. Ver Creatura no es una experiencia fácil, pero sí necesaria. Pues bien, tras su éxito en Cannes, Creatura se estrena hoy en España. Su guionista, directora y protagonista, Elena Martín Gimeno, ha hablado con mi compañera Noelia Ramírez, y apunta reflexiones como esta: "Nos contamos este relato europeo de que somos gente muy sofisticada y avanzada, que no tiene miedo a romper tabús porque somos una sociedad muy familiarizada con los conceptos freudianos y es mentira. Yo he tenido a medios franceses haciéndome preguntas desde el juicio y el recato y, de repente, estar hablando con un medio mexicano que entiende perfectamente la película. Desde Europa, nos llenamos la boca con que somos más feministas que otros territorios. No es verdad". Habla con la misma fuerza con la que rueda. Además, Javier Ocaña, en su crítica, apunta: "Las preguntas que plantea Creatura son de una abrumadora complejidad. Lo son en el aspecto científico y en el sociológico, y por supuesto también en el cinematográfico". Últimas horas del festival de Venecia (que se cierra con 'La sociedad de la nieve', una de las tres preseleccionadas españolas al Oscar) Pues se acaba la Mostra de Venecia. Tommaso Koch nos ha hablado de documentales rodados con los talibanes. de Europa analizando el drama de la inmigración, de Bradley Cooper dando vida a Leonard Bernstein, de una vigorosa película española sobre los bebés robados durante el franquismo, de los nuevos trabajos de Michael Mann (donde sobresale Penélope Cruz), David Fincher y Woody Allen, sobre los nepobabies en el cine... Todo eso lo tenéis aquí. Y aunque solo he visto una película del concurso, me la juego a que el León de Oro podría llevárselo Green Border, de Agnieszka Holland, que ya ha provocado insultos desde el Gobierno polaco. Un pequeño y bonito detalle desvelado en la Mostra. En la rueda de prensa de presentación de The Caine Mutiny Court-Martial, la película póstuma de William Friedkin, que llevó a la pantalla un guion de hace medio siglo en el que Herman Wouk adaptaba su novela ganadora del Pulitzer, los productores desvelaron que se rodó en tan solo 15 días, y que Guillermo del Toro les hizo un favor fundamental. Friedkin encaró la filmación con 87 años, y la compañía de seguros solo apoyaba el proyecto si había un director de reserva disponible por si le pasaba algo. En Venecia, la productora Annabelle Dunne contó esa conversación telefónica dolorosa con Friedkin ("Hay que buscar un posible sustituto"), y que al día siguiente, el cineasta le devolvió la llamada con la solución: Guillermo del Toro. El mexicano estuvo en el rodaje todos los días, parando su propia producción de Pinocho, y según sus mismas palabras, "convertido en la mascota del equipo". Un gesto precioso. Venecia, por cierto, acaba con la proyección de La soledad de la nieve, de Juan Antonio Bayona, una de las tres películas preseleccionadas por la Academia española de cine al Oscar a mejor película internacional. Las otras dos son 20.000 especies de abejas, de Estibaliz Urresola, y Cerrar los ojos, de Víctor Erice. Entre las que se han quedado fuera, dos muy mencionadas en corrillos: Un amor, de Isabel Coixet, y Robot Dreams, de Pablo Berger. El día 20 sabremos la elegida. Algunos datos: las candidatas tienen que durar más de 40 minutos y contener un 50% de diálogos en un idioma distinto al inglés. Ya hay una veintena de países (el año pasado fueron 92) que han elegido su candidata, y el viernes 22 hablaremos sobre cómo se gana -o al menos, se tiene más posibilidades de lograrla- esta estatuilla. Aquí, además de la noticia, os desgrano esa veintena de títulos y los plazos que arrancan ahora. Hayao Miyazaki recibirá el premio Donostia de San Sebastián, y Claire Denis presidirá el jurado Será de manera virtual, pero será. El mítico Hayao Miyazaki, cofundador del estudio de animación Ghibli, recibirá un premio Donostia en la inauguración del festival de San Sebastián, el viernes 22, justo antes de la proyección de su El chico y la garza, la película con la que arrancará el certamen. Como ya hace lustros que el maestro japonés no viaja, habrá que usar telecomunicaciones para la entrega, pero está claro que, anunciada su retirada, era ahora o nunca. Y el Zinemaldia se apunta un buen tanto. Esta mañana, además, el certamen ha desvelado su jurado, que, por cierto, refulge como hacía tiempo que no ocurría: lo presidirá la francesa Claire Denis (maestra entre maestras), y junto a ella estarán la actriz china Fan Bingbing; la productora, realizadora y escritora colombiana Cristina Gallego; la fotógrafa francesa Brigitte Lacombe; el productor húngaro Robert Lantos, que ha desarrollado mayor parte de su carrera en Canadá; la actriz española Vicky Luengo y el director alemán Christian Petzold. Impresiona. También han hecho público un listado de sus visitas, y apoyándose en el cine de autor europeo y latinoamericano y el estadounidense indie, el Zinemaldia ha sabido sacar adelante una gran nómina de personalidades y así regatear las huelgas... excepto en el galardón de honor a Javier Bardem, que se ha pospuesto a 2024. Otros temas interesantes 'Campeonex' ya es la película española más taquillera de 2023. Después de su tercer fin de semana, Campeonex, de Javier Fesser, ya es la película española más vista de 2023, dejando atrás a Vacaciones de verano, Momias y ¡Vaya vacaciones! La comedia alcanzó, tras el domingo, las 1.226.791 entradas vendidas y acumula 7.519.794 euros. La conexión de Fesser con el público es irrefutable. Los cines Embajadores abren su nueva sede el 15 de septiembre. Los cines Embajadores Río, en la madrileña calle de Ercilla, abren en siete días. En España, no nos engañemos, hay un desequilibrio descomunal de salas, con muy pocas en los centros de las ciudades y demasiadas en en los centros comerciales, culpa de la cultura del ladrillo y del pelotazo en los ochenta y noventa. Así que estas aperturas de salas urbanas destinadas a todo tipo de cine, primando el de autor. Muchos ánimos y, sobre todo, mucha suerte. Y antes de pasar a los estrenos, un pequeño recuerdo a Manuel Pérez Estremera, una de las personas que más han ayudado al cine español de una forma callada, desde puestos directivos, creando sinergias. Tras su fallecimiento, muchos cineastas han recordado cómo impulsó iniciativas, y donde otros decían imposible Pérez Estremera se lanzó a encontrar soluciones. Y os insisto en la cara más negativa y mercantilista de Barbie: ayer The Hollywood Reporter contaba que para Mattel, casa madre de la muñeca, el filme ha supuesto, hasta ahora, ganancias de 125 millones de dólares. Que por supuesto hay una continuación en marcha, y que en desarrollo tienen otras 14 películas protagonizadas por algunos de sus otros juguetes. Estrenos de la semana Además de la ya comentada Creatura, hay otras dos críticas más. VERANO EN ROJO. Belén Macías Carlos Boyero escribe: "Aunque el telón de fondo sea la pederastia curil, aquí una policía que siente respeto por la profesionalidad y un periodista inmerso en el naufragio personal siguen las pistas de dos asesinatos sin conexiones aparentes. Husmeando laboriosamente encontrarán pistas que aseguran que los crímenes actuales vienen de heridas y traumas de infancia, de sucesos capaces de trastornar a perpetuidad la personalidad de la víctima". Podéis leer la crítica aquí. LAS DOS CARAS DE LA JUSTICIA. Jeanne Herry Elsa Fernández-Santos apunta sobre este drama francés acerca de la justicia restaurativa: "Le sobran los flashbacks y un estilo demasiado formateado a la hora de exponer traumas y procesos tan dolorosos como los que se abordan. Aun así, la película ofrece algo de indudable valor sociológico". Podéis leer la crítica aquí. Para cualquier duda, en X, antiguamente conocida como Twitter, soy @gbelinchon. Antes de despedirme, os recuerdo que en EL PAÍS hemos conformado un equipo de investigación sobre el abuso y el acoso sexual en el cine español. Si lo has sufrido o conoces a alguien que lo haya sufrido, Elena Reina (ereina@elpais.es), Ana Marcos (amarcos@elpais.es) y yo mismo (gbelinchon@elpais.es) estamos para escucharte. Hasta la semana que viene. ¿Nos ayudas? Reenvía esta newsletter a tus contactos o diles que se apunten aquí. |
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