La otra opción que barajé para titular esta newsletter era El mundo, en vilo porque, salvo por el hecho de que se ha despejado la incógnita de quién sería el segundo de Kamala Harris, una de las pocas que quedaban por desvelar de la campaña electoral de Estados Unidos, no son pocos los frentes, informativos y bélicos, que mantienen al mundo en vilo, desde Oriente Próximo y Ucrania hasta Bangladés y Venezuela.
Me decanté por el que encabeza, sin embargo, porque al fin y al cabo el mundo está en vilo por mucha “gente rara”, en términos de Walz.
Oriente Próximo. Está anunciado y todo apunta a que será inminente un ataque de Irán a Israel, después del asesinato en Teherán hace más de una semana del líder de Hamás, Ismail Haniya. Con el país hebreo en alerta, las fuerzas israelíes siguen atacando posiciones de Hezbolá en Líbano, elevando la tensión en esa frontera, mientras los gazatíes continúan sometidos a bombardeos diarios. En la Franja ya no queda un lugar que poder llamar seguro adonde huir. Es lo que cuenta Antonio Pita, desde Jerusalén, en este reportaje: La huida sin fin dentro de Gaza: “No se puede escapar de esta guerra”.
Para completar la fotografía de qué sucede en esta zona del mundo, les sugiero estas lecturas.
Reino Unido. La maquinaria de los bulos de la extrema derecha británica se aceleró a toda máquina esta semana, desencadenando violentos disturbios en las calles. La mentira que difundieron los ultranacionalistas fue que el autor del apuñalamiento múltiple en Southport (en el noroeste de Inglaterra), en el que murieron tres niñas, era inmigrante, concretamente sirio. La verdad es que el crimen fue cometido por un joven de 17 años nacido en Gales en el seno de una familia de origen ruandés. Pero la violencia ya había prendido. El miércoles, las autoridades, las fuerzas de seguridad y la ciudadanía estaban en vilo ante la posibilidad de nuevos disturbios, pues estaban convocadas más de un centenar de movilizaciones racistas. Pero, como nos cuenta Eva Millán desde Londres, estas fueron sofocadas; no solo por la policía, sino por miles de personas que salieron con un mensaje de concordia, respeto y apoyo a las personas migrantes.
Venezuela. En vilo se mantienen también los venezolanos, a la espera de que Nicolás Maduro entregue las actas —como le ha solicitado la oposición y una buena parte de la comunidad internacional— que demostrarían su proclamada victoria en las pasadas elecciones del 28 de julio. Un proceso electoral y un resultado sobre los que hay serias dudas de su transparencia y veracidad. En vez de responder con la seguridad de quien no tiene nada que ocultar, el mandatario se ha negado a facilitar tales documentos y ha arremetido contra el uso de aplicaciones de mensajería y redes sociales.
De la multitud de noticias, análisis y reportajes que EL PAÍS ha publicado sobre el tema, les sugiero tres para obtener un mínimo contexto.
Bangladés. Si giramos la vista al Este, no hay tampoco certidumbre a la que agarrarse. En Bangladés, un país de 170 millones de habitantes (el octavo más poblado del planeta), la primera ministra, Sheikh Hasina, ha dimitido y huido del país después de que al menos 300 personas murieran (más miles resultaran heridas o detenidas) en las protestas estudiantiles de las últimas semanas contra su sistema de cuotas contratación pública.
El que fue premio Nobel de la Paz en 2006, Muhammad Yunus, ha aceptado el reto de liderar un Gobierno de transición. Pero la violencia continúa en las calles y la comunidad hindú en el país denuncia estar siendo objeto de ataques por parte de islamistas radicales. Encender los odios es fácil en el río revuelto de las protestas ciudadanas y está por ver si Yunus, de 84 años, logra apagarlos. Otro país en vilo.
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